lunes, 7 de diciembre de 2015

Ahí donde no existen los lubricantes sociales: entrevista a ‘Nunca Jamás’


Uno no esperaría escuchar las palabras “rock norteño agropecuario perrón” en una sola oración y menos como la descripción del proyecto de una banda musical de Obregón que va a tocar en el Vive Latino. Pero la ficción suele ser más chafa que la realidad y por eso me tocó conocer a la banda Nunca Jamás en su participación en el Festival de Rock 2015, este viernes 4 de diciembre, en el Parque Las Riveras, de Culiacán.
Me reciben dos individuos que parecen salidos de una película de David Lynch: dos hombres vestidos como norteños, con acento brusco. Los dos saludan muy emocionados, bromeando. No llego a saber si su manera de hablar es artificio o sinceridad, aunque a cómo la entrevista avanza y me río de sus comentarios, pienso que saberlo no es muy importante.
Les comento que lo que más me llama la atención es el “perrón” en el nombre del estilo y Omar Sáenz, el vocalista, me comenta que la actitud es lo que cuenta, el “perrón” es el punch.

“Como dice San Fito Páez: todo es una cuestión de actitud” comenta a su vez Pedro Verdez. “Nosotros escuchamos muchísima música: Omar es productor musical, ingeniero de mezcla e ingeniero de masters; yo me dedico a la producción de videoclips comerciales. Casi todos los videos de la banda están dirigidos por mí y la producción va a cargo del Omar, salvo este último, que sí hubo un productor llamado Francisco Oros, que está metido en el TOP 10 de pop, y para la incorporación de los elementos ‘banda y norteño’ metimos a otro amigo que se dedica a producir ese género, que se llama Esteban Valle. Todos somos amigos de hace muchos años, pero cada quién agarró por su lado. Las maquetas del disco venían desde hace años pero ahora se amarraron los proyectos, se amarró todo, las canciones, se hizo una producción”.
En 2007, Pedro Verdez, Omar Sáenz y Max Arnold tocaban en bandas distintas y como empezaron a tener problemas decidieron juntarse e hicieron una gira por todo Sonora y hasta el Distrito Federal, a donde se fueron a vivir en 2008, y ahí están radicando.
“En este disco viene una canción de una experiencia que tuvo el Omar en el DF” comentó Pedro Verdez, “porque vivía en el Centro Histérico y hubo un evento ahí en la plaza, en el Zócalo, en el que sonó El Sinaloense y yo creo que cuando suena El Sinaloense uno se pone como loco y empieza a buscar una chamaca para agarrarla y bailar, y todo mundo se quedó viendo el escenario como si fuera cosa de otra dimensión. Fue un choque cultural muy fuerte. La rola se llama Extranjero en mi país. Estando en el DF es más fácil identificar un acento colombiano o venezolano que el sonorense. No saben. O te dicen, y eso dice la canción: ¿son de Monterrey? Porque es lo primero que piensan con el acento norteño. Es el único norte que conocen. De eso trata la canción: nos sentimos como extranjeros, te dan cerveza caliente, es horrible, y de todo ese choque cultural habla la canción”.
Sobre lo norteño, Omar Sáenz comentó: “el Norte normalmente es un poquito más rockero que el centro y el Sur, estamos más hechos a la música estridente, la música de los balazos: la música norteña es fiesta, es fuerte, es pa’ arriba; el Sur es más del danzón, del mambo, del trío, el bolero. Mucha gente dice: es que son bien gritones y yo les digo es que venimos de una ciudad donde hay un habitante por cada diez kilómetros cuadrados, uno tiene que estar gritando; la gente no vive hecha bola para tener que usar como lubricante social esos rituales del ‘con permiso’, ‘por favor’, ‘provecho’”.
Su nombre nace en un proyecto anterior de Omar. La vieja Nunca Jamás, nombre que es una doble negación, era muy underground y totalmente diferente: “así que le dije: ¿hasta dónde ha llegado tu proyecto para reutilizar el nombre? Y la idea de este proyecto es que crezca, que vaya al Vive Latino, que salga en MTV…una proyección mayor a la que estaba pintando el proyecto de Omar. Mucha gente que nos conoce allá en Obregón, en Hermosillo, nos dice: ay, es que a mí me gustaba más el otro proyecto y nos piden canciones de la otra banda. Pero la realidad es que esta es otra banda y simplemente agarramos el mismo nombre de algo que no pasó de ser una web band”.
Este año están promocionando su cuarta producción, que sale esta semana, cuyo título es Fierro por la 300. Les comento que aquí está la costumbre de decir ‘fierro por la costera’ y Verdes me responde: “es la misma que ‘fierro por la Costera’, de hecho se transformó de esa frase que es de Obregón. Investígala”.
Les pregunté si tenían alguna anécdota que compartir y me contaron la historia de publicidad indirecta más rara que he oído. Empezó Omar a narrar: “una vez este chamaco y yo fuimos a un teibol y una teibolera se enamoró de él y cada ciudad que íbamos le marcaba y como le regalamos un disco bailaba la balada del disco, entonces a cada rato le llamaban por teléfono y le ponían la canción. La fulanita está bailando tu canción”.
“Me hablan compas y le decían: oye, estoy en el teibol fulanito y está una morra bailando que dice que es tu novia y está bailando tu canción” completa Pedro Verdez. “Ahí nos enteramos de que bailaba nuestra canción y dijimos: es una buena estrategia para promocionar un disco: ir a enamorar a las teiboleras y que bailen nuestras canciones”.
Tras despedirnos, esperé su participación. No sabía qué iba a saber, no podía darme una ida. En cuanto subieron al escenario, empezó música norteña de fondo y de pronto hicieron reaccionar a sus instrumentos, como si fuera luz a través de la neblina o humo de cigarro, y empezaron a cantar algunas de las canciones que, un día antes y para documentarme de ellos, había buscado en youtube. Había rock en ellas y me darían ganas de escuchar cualquiera de ellas en un bar para jóvenes en lugar de volver a oír, otra vez, Ambar.

Para que no les pierdan el rastro, aquí les dejamos su Facebook: https://www.facebook.com/nuncajamasband/?fref=ts, su página: http://www.nuncajamasband.com/, y una canción de ellos:



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